
La corriente de los pensamientos es como el recorrido por las diferentes partes de una flor. De las múltiples y arraigadas raíces de tu infancia nace el tallo central y verdadero de tu mente. En el transcurso del tiempo sigues creciendo y, en este camino, hay momentos en los que te topas ante un dilema: una tentadora opción de cambio hacia una verde hoja. Abandonas el tallo y te adentras expectante. Un tiempo después, descubres que el llamativo verdor de aquella hoja no contenía tu esencia propia. Así pues, decidido, regresas al tallo y continúas tu ascensión. Este cruce de caminos se repetirá periódica y paulatinamente, te planteará la indecisión, el ensayo y el error. Te permitirá rectificar, volver atrás, seguir tu camino. Si no cesas en tu empeño, llegarás a lo alto, hallarás una bella flor y estarás por siempre inmerso en la contemplación de la hermosura y claridad de sus frutos.
Esa calle florecida
ResponderEliminarllena esta de pensamientos
que bonita Andalucía...
con sus patios floreciendo.