Había una vez una pequeña mariposa que no era feliz. Era increíblemente bella, capaz de volar con sus majestuosas alas, rebosantes de una colorida hermosura. Era libre, iba todo el día de flor en flor, de aquí para allá. Su vida era como la de cualquier otra mariposa alegre, pero no era feliz.
Su deseo, su único anhelo es el de volver a convertirse en larva. Piensa que el tiempo en que fue larva era mucho mejor, que estaba más a gusto con quien era y se sentía más feliz.
Paso largo tiempo hasta que, un día, tras reflexionar sobre su gran problema existencial, descubrió que ahora era más bella, más libre y mucho más feliz. Fue justo después de darse cuenta de cual había sido su error: no haber aprendido a amar su presente y la esencia de su verdadero ser. Desde aquel día, jamás volvería a ser la mariposa infeliz.
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